En los últimos tiempos hemos leído varias noticias sobre el uso de las pantallas en la educación y cómo países pioneros en este nuevo modelo de enseñanza, como Suecia, están dando marcha atrás y volviendo a los libros de texto. Es un debate muy complicado en el que los expertos no acaban de ponerse de acuerdo, parecen querer volver atrás pero a la vez, la incorporación de la tecnología en los centros de enseñanza no tiene vuelta atrás.
Familias, estudiantes, profesores y expertos en salud infantil, todos tienen su opinión sobre el impacto que las pantallas pueden tener en nosotros y, principalmente, en etapas tan importantes como son la infancia y la adolescencia, y es que no hay que olvidar que pueden afectar al “neurodesarrollo, al desarrollo psicoafectivo, al aprendizaje y a la instauración de hábitos de vida saludables”, como recuerdan desde la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Desde la Asociación, el grupo de trabajo de Salud digital, que pertenece al Comité de Promoción de la Salud (CPS), trata de arrojar luz en este sentido ante un problema al que hay que añadir que en nuestro país, al estar transferidas las competencias en materia de educación a las autonomías y los diferentes tipos de educación: pública, concertada y privada, en cada territorio y centro escolar, existen posiciones dispares.
Para ello, el grupo ha realizado un documento que se enmarca en el Plan Digital Familiar, una plataforma para ayudar a las familias en el uso de las tecnologías en el seno del hogar que cuenta con el respaldo de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD). Se trata de hacer un plan digital en familia, es decir, ver lo que os encaja o no en vuestra familia teniendo en cuenta que el ejemplo es la mejor manera de educar, es decir, que lo que añadáis en el plan, debéis cumplirlo también los adultos.
Los móviles al colegio
En este aspecto ya no hay tanta discusión ya que desde este mes está prohibido que los alumnes utilicen sus dispositivos en los centros escolares. “Es importante diferenciar el uso de smartphones en horario escolar, que son propiedad de los alumnos o sus familias, de la digitalización de la enseñanza, es decir, el uso de medios digitales con fines educativos”, diferencia la doctora María Salmerón, coordinadora de este grupo de trabajo.
Una prohibición que viene muy bien ya que hay varios estudios, como el último PISA del año 2022, que afirman que en los países de la OCDE que han participado, de media, uno de cada tres estudiantes manifiesta distraerse en clase de matemáticas con sus dispositivos móviles, y uno de cada cuatro se distrae con los dispositivos de los compañeros. Un dato que acarrea una diferencia media de 15 puntos en las pruebas de matemáticas entre los estudiantes que se distraen de este modo.
Por otro lado, el uso de smartphones en los recreos se ha asociado con otros datos preocupantes como: un menor interés por parte de los alumnos en socializar con otros compañeros cara a cara, con mayor frecuencia de ciberacoso y menor actividad física, tal y como apunta un estudio publicado en la revista científica Societal Impacts.
Uso de pantallas en la educación ¿si o no?: El uso de la pantalla en los centro escolares no ha demostrado mejoras en el aprendizaje en comparación con la lectura en papel o la escritura a mano Share on XDigitalización de la enseñanza, ¿sí o no?
En cuanto al tema de la digitalización de la enseñanza “es un tema complejo”, confiesa la doctora Salmerón, y es que el uso de la pantalla en los centro escolares no ha demostrado mejoras en el aprendizaje en comparación con la lectura en papel o la escritura a mano. Por ello sugieren la revaluación de utilizar este tipo de dispositivos como soporte para la enseñanza. “En medicina, cuando se aprueba el uso de un medicamento nuevo es obligatorio la realización de estudios experimentales con grupos control para demostrar que el fármaco nuevo es mejor a los que ya existen. Además, se hace seguimiento de los efectos secundarios. En las aplicaciones que afirman que tienen una finalidad educativa se deberían seguir los mismos criterios, pero esto no se hace”, añade la pediatra.
Además, desde la AEP consideran que se puede implementar el uso de aplicaciones en las aulas con una finalidad concreta siempre y cuando éstas hayan sido avaladas por estudios científicos que se hayan llevado a cabo con una muestra suficiente de usuarios y con un grupo control para determinar si aporta una mejora en el aprendizaje respecto a lo ya existente.
Por otro lado, desde la Asociación presentan una serie de recomendaciones:
- Las aplicaciones deberían especificar el tiempo de uso que precisa el alumno para realizar la actividad propuesta y establecer mecanismos automáticos para evitar el exceso de exposición e informar de que el tiempo total diario de pantalla no supere al recomendado por las sociedades científicas por los riesgos potenciales. Hay que recordar que esas recomendaciones son: sin contacto antes de los 2 años, menos de una hora al día entre los 2 y los 5 años e inferior a las 2 horas a partir de los 5 años.
- Que los dispositivos sean propiedad del centro escolar, configurados para evitar el acceso a contenidos inadecuados, con cuentas específicas para su uso exclusivamente docente, con el objetivo de disminuir los riesgos de acceso a información inadecuada para la edad, y asegurar a su vez el acceso a los dispositivos a todos los alumnos del centro
- Es necesario eliminar los juegos de las aplicaciones con finalidad educativa, las estrategias relacionadas con la gratificación inmediata o cualquier mecanismo que favorezca comportamientos adictivos o el uso excesivo de pantalla.
Asimismo, desde el punto de vista de la doctora Salmerón, “resultará esencial la formación del profesorado, del alumnado y de los padres en competencias que incluyan el impacto de las pantallas sobre la salud, el neurodesarrollo, el desarrollo psicoafectivo en el aprendizaje, en la protección de datos y en la ciberseguridad para disminuir los riesgos. Y recordar que para desarrollar dichos contenidos no es necesario el uso de pantallas”.
El uso de las pantallas en los centros escolares es algo que preocupa y mucho, a los padres y que cada vez más profesores están valorando. Al final, mi experiencia personal con un hijo que utilizó libros hasta sexto de primaria y que ahora lleva un curso con dispositivos digitales, es que es mucho más difícil para el niño centrarse. No sólo porque, a pesar de que sus dispositivos están configurados para que no puedan instalarse nada, la realidad es que tienen juegos y es fácil para ellos distraerse en clase con ellos; si no también, porque en ocasiones le cuesta saber donde tiene todo el material de cada asignatura.
Me encantaría conocer la experiencia personal tenéis vosotros, os leemos en comentarios.
Imágenes de Pixabay: StockSnap
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