Hay temas de los que parece que no dejamos de hablar nunca, están metidos en una noria que a veces los esconde en el fondo del río pero antes o después los vuelve a poner en lo más alto de la actualidad y sin duda uno de esos temas es el del aborto, la salud reproductiva, la libertad de la mujer, la interrupción voluntaria del embarazo, la capacidad de decidir sobre tu propio cuerpo y sobre tu propia maternidad. La nueva ley del aborto ha vuelto a poner el foco en este asunto del que se habla tanto a veces sin ponerse en la piel de las mujeres que por lo que sea van a necesitar utilizar esta ley y este derecho a lo largo de sus vidas.
La semana pasada se aprobaba la que medios de comunicación internacionales como France24 han definido como “una ley pionera en Europa” mientras que partidos españoles, los dos que se han opuesto a ella, la definen como un fracaso o una barbarie, a pesar de que sus votantes se manifiestan mayoritariamente a favor de esta ley por sorprendente que nos pueda parecer.
Se ha aprobado en el Congreso después de debates y modificaciones una nueva ley que reforma la anterior promulgada bajo la presidencia de Jose Luis Rodríguez Zapatero en el año 2010 y a la que gobiernos posteriores del PP hicieron algunas modificaciones restrictivas.
La necesidad de decidir sobre tu propio cuerpo
A partir de ahora, nuestra legislación garantiza las interrupciones voluntarias del embarazo en los centros sanitarios públicos porque regula el complicado tema de la objeción de conciencia de los profesionales de la salud que hasta ahora ha provocado que el 85% de las interrupciones del embarazo que han tenido lugar en España se hayan realizado en centros privados.
Ahora la ley viene a garantizar que esta intervención se haga en la Sanidad Pública por la vía de urgencia y en centros cercanos al domicilio de la mujer. Además, las mujeres, podremos elegir entre interrupción de forma quirúrgica o farmacológica y ambas deben estar disponibles.
Es sin duda una ley que parece que va a permitir de verdad decidir sobre el propio cuerpo por parte de la mitad de la población del país pero no solo en temas relacionados con la maternidad.
Las bajas laborales por menstruaciones incapacitantes son otra de las novedades más progresistas que incluye esta nueva formulación de la ley.
Se trata de un reconocimiento para aquellas trabajadoras que sufran de menstruaciones dolorosas e incapacitantes, a tomar una baja laboral cuyo coste va a ser asumido desde el primer día por la Seguridad Social.
Se calcula que una de cada tres mujeres sufre de dolor crónico cada mes durante los días que dura la menstruación y a muchas de ellas, en ocasiones ese dolor les impide realizar su vida normal. Es por eso que este apartado en concreto hace para muchas expertas en salud femenina que esta sea una de las leyes más progresistas y pioneras a nivel mundial.
La Ministra de Igualdad, Irene Montero reconocía que para todas aquellas personas que han trabajado en la elaboración de esta ley, el día de su promulgación fue muy importante sobre todo para los derechos de las mujeres porque “no solo se amplía la “ley del aborto”, sino que se amplían los derechos sexuales y reproductivos”.
Una ley para muchas necesidades
“Que haya educación sexual obligatoria en todas las etapas escolares en el respeto de la libertad sexual e identidad de género”, apuntaba también la Ministra de Igualdad, Irene Montero, sobre otros aspectos de la ley que han hecho correr ríos de tinta a favor o en contra de los mismos.
Con esta ley se quiere poner el foco en la necesidad de que la educación sexual sea obligatoria en las principales etapas educativas, para lo que está previsto se forme en educación sexual y menstrual a profesores, funcionarios de prisiones y trabajadores públicos.
Porque tanto en los institutos como en las prisiones, los centros de la mujer, los centros sociales y cívicos y los organismos públicos, está previsto en esta ley que se repartan de forma gratuita productos de higiene con el objetivo de acabar con la pobreza menstrual que actualmente demasiadas mujeres están viviendo en nuestro país.
“Esta ley reconoce la salud menstrual y reconoce que el Estado pueda repartir productos de salud como los anticonceptivos” señalaba a los medios de comunicación la propia ministra.
Las píldoras anticonceptivas de última generación gracias a esta ley vuelven a estar cubiertas por la Seguridad Social y se vuelven a distribuir gratuitamente en los centros de salud y los servicios de salud sexual y reproductiva.
Decidir sobre tu propio cuerpo y tu propia vida
Como era de esperar, con todo lo que hemos señalado hasta el momento la ley no ha estado exenta de polémica pero tampoco nos sorprende porque todo aquello que rodea la interrupción voluntaria del embarazo, viene acompañado de polémica desde hace siglos.
Las jóvenes de entre 16 y 17 años y las mujeres con discapacidad, ya pueden interrumpir su embarazo si así lo desean sin necesidad de tener el permiso de padres o tutores, pueden volver a decidir sobre su propio cuerpo, como podían hacer antes de que en 2015 el PP introdujera una enmienda para eliminar esa posibilidad de la anterior ley.
Se mantienen los plazos fijados por la ley de 2010 que ha avalado también estos días el Tribunal Constitucional, pero elimina los tres días de reflexión a los que se obligaba a la mujer antes de interrumpir su embarazo y también se elimina la obligatoriedad de entregar información sobre alternativas o ayudas, a la mujer si esta no la ha solicitado.
Las bajas laborales por menstruaciones incapacitantes son otra de las novedades más progresistas que incluye esta nueva formulación de la ley. Share on XCon esta ley se elimina la peligrosidad de los abortos realizados sin regulación, sin atención médica, sin asistencia profesional sanitaria y por supuesto sin legislación, como se han venido haciendo desde hace siglos a lo largo de la historia.
Como mujer no podías decidir sobre tu propio cuerpo, sobre tu propia vida y por supuesto, en muchas de esas prácticas en las que se interrumpía el embarazo, tampoco podías decidir sobre tu misma muerte. Había siempre alguien que lo hacía y lo decidía por ti, por ellas, por todas nosotras. Hasta aquí.
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