El lado más asqueroso de la maternidad

Los bebés están preparados para hacer que nos derritamos de amor, esto es así se mire como se mire. Sus cuerpecitos regordetes, esas cabezas y ojos enormes que por alguna extraña razón hacen que inmediatamente empecemos a hablar con diminutivos como si fuéramos un cocinero moderno (ya sabéis, ellos no cocinan verduras sino verduritas ni ponen salsas sino salsitas). Para lo que no estamos preparados es para lo asqueroso de la maternidad, que oye, pues también es una parte que ahí está. Cuando te conviertes en madre pierdes los escrúpulos.

No es que no vayamos a ser madres para evitarlas y por supuesto nadie se ha muerto de ninguna de ellas, pero a veces sólo mostramos lo más idílico, olvidándonos de esta cara B que seguro que quien más y quien menos ha experimentado.

Nos ponemos escatológicos y os contamos hoy nuestro Top Five de asquerosidades maternales.

asco

1. Las cacas explosivas

Cuando eres mami (o papi) te da igual ser más o menos aprensivo con las heces … limpiar culetes es algo de lo que nadie se libra. Hay cacas que se limpian y aquí no ha pasado nada, pero hay otras que son un show… especialmente porque Murphy suele hacer de las suyas y suelen producirse precisamente cuando menos preparado estás. Si tú un día te has olvidado de la muda de repuesto, vas justo de toallitas y además estás en un lugar en el que no tienen un cambiador cómodo será ese día cuando a tu linda flor le dé por hacerse una caca explosiva de esas que llegan literalmente hasta el cuello.

Porque sí, cuando tienes bebés en casa es cuando descubres lo que quiere decir de verdad eso de ir hasta la bandera.

yo no he sido
A mí que me registren…

2. Los loquios

Otra cosa de la que no se habla. Tú has dado a luz ya, has cumplido y desalojado al octavo pasajero ¿Qué es esto de ir soltando coágulos y otras cochinadas por salva sea la parte? Vamos a ver, que parece que estemos echando nuestros interiores a cachitos. Lo peor de todo no es esa especie de regla brutal… lo peor son esas compresas tamaño descomunal que tienes que llevar. Entre lo incómodas que son y que desmoralizan a cualquiera…

Llora, hija, llora

3. Las vomitinas

Como ocurría con las cacas explosivas, las vomitinas escandalosas nunca vienen en buen momento. Suceden cuando es noche cerrada y has conseguido dormirte por fin, cuando tienes todas las sabanas de recambio tendidas o cuando vas en el coche y no tienes una bolsa a mano. Limpiar una vomitina es asqueroso, sí, pero es peor tratar de eliminar ese olor que parece adherirse a las cosas y que jamás va a salir por más que ventiles.

Lorelai Gilmore
Nosotros también

4. Las heridas de guerra

Es posible que si has ido para médico o cualquier otra profesión sanitaria esto no te suponga ningún problema, pero para los que como yo somos más falsos que una moneda de tres euros esto de curar heridas a lo bestia no es plato de buen gusto. No me refiero a heriditas de esas que con un “sana, sana, culito de rana” están apañadas ¡no! Me refiero a brechas de esas que requieren puntos, heridas en lugares en los que la sangre sale a borbotones o incluso esas en las que se ve hueso. Que tú te haces la valiente, pero te da la sensación de que estás a un tris de caerte redonda.

Phoebe Nurse war
¡Más vendas! ¡Más vendas!

5. Los piojos

Cuando éramos pequeños los piojos existían, claro que sí, pero no recuerdo estas infestaciones masivas que nos tienen a todos los padres hastiados. No sé si será que los padres de ahora somos mucho más paquetes eliminándolos que las generaciones que nos precedieron o que se han hecho fuertes, pero las notas del colegio de “miren a sus niños, que hay piojos” van que vuelan. A veces creo que sería más fácil avisar de cuándo NO hay…

El caso es que la primera vez que ves un piojo te quieres morir, del asco, del susto, de la culpabilidad y de todo. Lo normal es que te pique todo (y mírate tú también porque, ¡oh sorpresa!, nadie te avisó de que tú también puedes tenerlos a fuerza de refrotarte con tu pequeño bollito de azúcar). ¿Lo mejor? Que en cero coma te conviertes en la reina de los cazafantasmas versión piojil y das rienda suelta a tus instintos destructivos con estos bichitos tan poco bienvenidos.

piojos. Lice.
Ya me está picando todo…

¿Qué es lo más asqueroso y lo que más odiáis de la maternidad? Aunque el balance sea positivo seguro que hay algo que no os gusta nada de nada.

Sara Palacios

Soy Sara Palacios, aunque en la red muchos me conocen como Walewska, mi nombre de guerra. Soy curiosa, inquieta, seriéfila, gafapastas y a ratos pedante. Los que me conocen dicen que tengo mucho sentido del humor y yo no sé si soy graciosa o no, pero que me gusta reírme continuamente es un hecho. ¡Soy una optimista incorregible!

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1 comentario

  1. Uf al 5 no me he tenido que enfrentar aún, y no quiero tentar a la suerte ?

    Y otra cosa de la que nadie habla es de… ¡Limpiar el orinal! Me parece incluso más desagradable que los pañales, aunque mi marido piensa que es lo mismo ? pero a mí me da más repelús…

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