El mindfulness puede mejorar la sintomatología de la psoriasis

Existen un montón de enfermedades crónicas de las que no se sabe mucho: no son mortales, es cierto, pero dificultan la vida muchísimo a las personas que las padecen. Algunas de ellas afectan a la piel como es el caso de la psoriasis. Son muy visibles, muy molestas e incapacitantes y lo peor es que el común de los mortales – salvo que te toque cerca por algún motivo – suelen saber muy poco sobre ellas.

Hace poco Acción Psoriasis y Lilly organizaron junto con el hospital Costa del Sol una jornada sobre psoriasis para sensibilizar y concienciar sobre esta enfermedad autoinmune.

La psoriasis

Como decíamos, hay enfermedades que no son mortales pero son tremendamente molestas y que realmente dificultan la vida a quienes la padecen, especialmente a quienes la tienen en un grado alto. La psoriasis es una de ellas. Es una enfermedad crónica y no es contagiosa, algo que es importante señalar porque es una de las cosas que más suele preocupar a los que se encuentran con una persona que la padece. Te puedes bañar perfectamente en la misma piscina que no pasa absolutamente nada.

Así muestra la psoriasis la Wikipedia

Funciona a episodios, y como decíamos no todo el mundo la padece en el mismo grado. Cuando una persona tiene un brote comienzan a aparecer manchas rojas con escamas blanquecinas y sobre todo éstas se encuentran en cuero cabelludo, codos y rodillas. Pueden aparecer en otras zonas pero éstas son las más habituales.

Lo peor es que son manchas que pican muchísimo y que producen quemazón, así que son aparte de ser muy aparatosas estéticamente es que son muy molestas e incómodas para quien lo padece. Esto repercute tanto en el bienestar físico como en el emocional de los pacientes que sufren mucho en su día a día.

A esto hay que sumarle que el estrés puede provocar un brote o incluso hacer que sean más fuertes.

Una enfermedad 360º

Además se pensaba que la psoriasis era básicamente una enfermedad de la piel… pero no solo: es una enfermedad muchísimo más compleja que también afecta a otros órganos. La psoriasis en un 30% de las ocasiones está asociada a una afectación articular en forma de artritis psoriásica muy limitante o a trastornos metabólicos que pueden producir otros problemas de salud como obesidad, hipertensión, diabetes mellitus o hígado graso, etc.

Nos puede parecer una enfermedad rara, pero no lo es. Casi un 2% de la población la padece. Tiene una parte de componente hereditario, pero también ayudan los factores ambientales.

Una vez que se desencadena la enfermedad, se produce un proceso inflamatorio sistémico interno. Lo peor de todo es que no hay un tratamiento definitivo y los pacientes tienen que aprender a vivir con ello.

¿Qué podemos hacer?

Es importante ponernos en manos de médicos que entiendan bien esta enfermedad y que nos acompañen en el proceso. Además aunque no nos van a curar técnicas como el mindfulness pueden ayudarnos mucho a sobrellevarlo mejor; el estrés es sin duda un mal compañero de viaje porque puede provocarnos brotes más largos y más duros. También la alimentación puede ayudarnos mucho

Para el Dr. Pablo García este tipo de actividades como el mindfulness son buenas porque consiguen reducir el número de brotes y también que los llevemos mejor. Este dermatólogo ha destacado “como expertos, además de manejar su enfermedad desde el punto de vista clínico, es fundamental que ayudemos a estos pacientes a comprender mejor la patología y les ofrezcamos una serie de consejos que les permitan mejorar determinados aspectos de su enfermedad, en el plano físico como emocional.”

Se sigue investigando y ojalá sigamos avanzando. Si te encuentras con una persona que tiene psoriasis lo mejor que puedes hacer es practicar la empatía y tratar de ponerte en su lugar.

Sara Palacios

Soy Sara Palacios, aunque en la red muchos me conocen como Walewska, mi nombre de guerra. Soy curiosa, inquieta, seriéfila, gafapastas y a ratos pedante. Los que me conocen dicen que tengo mucho sentido del humor y yo no sé si soy graciosa o no, pero que me gusta reírme continuamente es un hecho. ¡Soy una optimista incorregible!

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