Encontrar el sujetador perfecto es una cuestión de salud

Y no, no vamos a hablar ni de precios ni de volantes o encajes. Es una prenda de uso diario desde que somos muy jovencitas y es muy probable que no le prestemos la atención que merecen cuando los elegimos porque no tenemos en cuenta la importancia para la salud de elegir un buen sujetador para el pecho. El sujetador perfecto es una cuestión de salud.

A veces, la culpa de los dolores de espalda pueden estar precisamente ahí, en la mala elección que se ha hecho del sujetador. Aprender a elegir correctamente, aprender a ser más conscientes de la necesidad de seleccionar esta prenda y hablar sin problemas ni tabúes sobre los senos y los sujetadores, seguro que nos ayudaría mucho y por contra es algo que aún no hacemos, al menos no abiertamente.

Más allá de la sexualización del pecho o del sostén, es imprescindible que hablemos con más naturalidad y frecuencia desde una perspectiva científica y de salud porque la tiene y debemos tenerla en cuenta.

Buscando el sujetador perfecto

Joanna Wakefield-Scurr ha trabajado durante 17 años investigando la biomecánica de la mama en la Universidad de Porstmouth, en Reino Unido. Los movimientos de la mama durante el día a día normal y los que tienen las deportistas y atletas los ha analizado y ha podido comprobar como esos movimientos tienen consecuencias en el cuerpo de las mujeres, pudiendo llegar a ser algo doloroso, incluso puede suponer una barrera para que muchas mujeres, jóvenes, adolescentes incluso, participen en la actividad física.

El movimiento de los senos puede causar daño en el tejido del pecho, la piel es una de las principales estructuras que soportan el peso de la mama y el movimiento puede llegar a estirar esas estructuras. Cuando esto se produce no hay solución, no hay vuelta atrás para recuperarlas. Si utilizamos un sostén deficiente o inadecuado es probable que se modifique hasta la forma en la que nos movemos, aunque lo hagamos de forma casi inconsciente. 

Joanna se dio cuenta de que había muy poca investigación sobre cómo nos afecta el uso de un sujetador no adecuado para nuestro cuerpo.

Sus análisis y sus conclusiones se pueden aplicar a todas las mujeres a la hora de buscar el sujetador que más se adapte a su cuerpo, a pesar de que sus investigaciones se han centrado en la mejora de los sujetadores deportivos para la alta competición. Porque han llegado a la conclusión de que un buen sujetador deportivo consigue mejorar el rendimiento además de beneficiar la salud y la comodidad de la deportista como es obvio.

El problema con el que se han encontrado es que algunas de estas deportistas de élite no terminan de entender el por qué de necesitar un buen sostén, no lo ven como una parte de su equipación deportiva cuando para Joanna y su grupo de investigadores, esto es algo muy lógico.

¿Qué tiene que tener el sujetador perfecto?

Debe proporcionar un óptimo nivel de apoyo y ayudar a reducir o evitar cualquier dolor que el movimiento pueda provocar en los senos. Cuando usas un buen sujetador tienes más confianza, caminas de otro modo, corres de otro modo, giras más los hombros, se provocan cambios que tanto en el deporte como en la vida diaria son muy importantes.

Los sujetadores que utilizamos a diario suelen estar diseñados con dos cavidades que separan los senos y esta forma consigue darles más soporte algo que según Joanna y su equipo es muy beneficioso para el cuerpo.

Nunca deberían comprimir el tejido mamario y de tener aro, tampoco debe apoyarse en este tejido. Es importante que la parte que rodea la espalda sea firme que se adapte bien y al mismo tiempo que no apriete. Además, cuando te mueves esta parte debe mantenerse en su lugar para asegurar la sujeción. Los tirantes no pueden caerse de los hombros ni apretar en exceso, lo ideal es poder mete un dedo entre el hombro y el tirante. Y la parte central del sujetador perfecto se debe apoyar siempre en la piel, sin hundirse ni quedarse elevada.

Lo que también tiene muy claro esta investigadora es que el sujetador perfecto no hace milagros, la ley de la gravedad nos va a afectar sí o sí. Lo que es cierto es que aunque vayamos perdiendo firmeza en la piel por la edad, las estructuras de soporte del seno si han estado protegidas, puede que se hundan más tarde de lo que lo habrían hecho de no haber usado el sujetador perfecto.

Pilar Fonseca

Primero fui mujer, después periodista, luego esposa y ahora además de todo eso madre. Esto último me obligó a reorganizar todo lo anterior.
Me gusta escribir y comunicar.
Disfruto con un buen libro, una buena película, una buena serie, un buen viaje y una buena charla con amigos.
Podría alimentarme sólo de queso y chocolate acompañados de un buen vino, una que es mujer de gustos sencillos.

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