Todas tenemos vicios, ¡confiesa! ¡No soy la única! Unos son más confesables que otros, eso está claro, pero todas, queramos o no, los tenemos. Y hoy yo voy a contaros los míos. ¿Os animáis a contarme vosotras vuestros vicios totalmente confesables?
Hacer fotos
De siempre soy la loca de las fotos, la pesada de las fotos, ya lo tengo más que asumido. Antes, en cualquier quedada, siempre era de las pocas que cargaba con la cámara de fotos para inmortalizar cada visita, cada risa o cada instante. Ahora con el móvil, aún más todavía. Tengo que renocer que no soy nada profesional en el tema pero me vuelve loca almacenar recuerdos en foto. Y así me pasa que voy por la vida con más de 11.000 fotos en el móvil, una locura ¿verdad? Y luego, claro está, siempre me falta tiempo para limpiar, editar y organizar. Eso sí, seré la pesada, pero gracias a mí luego tienen fotos chulas todos. ¡Eso también hay que decirlo!
Las manualidades
Bueno este seguro que no os sorprende, porque ya he confesado por aquí varias veces mi loca obsesión con el tema de las manualidades pero no lo puedo evitar. Me encantan las tiendas para comprar materiales de todo tipo, me encantan las webs o blogs con tutoriales para hacer cien mil cosas, me encantan los libros que te cuentan trucos o te dan ideas… ¡Un sin fin, vamos!
Las uñas
Desde que era bien joven me obsesiona, quizás en exceso, llevar las uñas pintadas y bien arregladas. No soy capaz de ir con las uñas de cualquier manera y desde que descubrí el kit para hacerte la manicura permanente en casa soy toda una adicta y una profesional con el tema. Me costó hacerme al principio pero ahora ya lo tengo dominado y me permite llevar las uñas perfectas siempre. ¡Un verdadero gustazo!
Las cremas
Otra de mis pasiones y también de mis perdiciones. Crema que sale, crema que tengo que probar. Os aseguro que no tengo remedio. Bueno con las de gama alta no me atrevo que para esas aún no me llega el presupuesto. Pero mi adicción a las cremas es tal que os contaré que mis amigas que me llaman la maricremas desde hace años, con eso os lo digo todo. Me da igual que sea de cuerpo, de manos, de cara… ¡necesito probarlo todo!
El orden
Soy ordenada por naturaleza y pasarme la vida organizando y ordenando es otro de mis vicios totalmente confesables. Lo hago en casa, lo hago en el trabajo y si mis amigas me dejan lo hago hasta en sus casas. ¡No tengo remedio!
En la oficina nunca verás mi mesa desordenada y en mi casa no encontrarás cosas por medio tampoco. Nunca me iré a la cama con la cocina manga por hombro, ni saldré o me iré a la cama sin estirar el sofá y colocar los cojines, por poneros algún ejemplo. Tonterías igual, lo sé, pero os aseguro que no puedo evitarlo.
Y tengo que confesar que últimamente estoy un pelín radical con el tema de la limpieza en casa. Pero cuando sé que no tengo trastos o cosas inservibles guardadas en los armarios, veo hasta la casa más limpia. Y no os imagináis la de hueco que estoy haciendo vendiendo cosas que ya no usamos. Porque cuanto más hueco tienes, más guardas, eso está claro. Si no las uso y no las necesito… ¿para qué voy a guardarlas? Y con tanta limpieza ya soy toda una usuaria experimentada en Wallapop y Chicfy.
Y tú, ¿también tienes vicios totalmente confesables? ¿Me los cuentas?
Imagen de portada: Shuttersock