Pasado el subidón (o el susto), pasado un tiempo prudencial, básicamente hasta recuperar el ritmo cardiaco y el color en las mejillas, si lo perdiste… Tarde o temprano, en algun momento entre la confirmación ginecológica y un bombo que te delate por si solo, te tocará informar al personal de tu estado de buena esperanza pero… ¿cómo?, ¿de qué forma?, ¿romántica, melosa, asertiva, chapucera?
Tal vez te hayas hecho el test de embarazo agarrando de la mano a tu churri pero tal vez no. En ese caso, hay un momento muy chulo. El momento “y ahora voy y se lo digo”. Puede que no sea fácil encontrarlo, el lugar o las palabras adecuadas, puede que se lo espetes sin previo aviso a bocajarro… o que prepares una cena romántica a tres bandas que incluya a tus suegros. Sea como fuere, queremos saber. Miembros del equipo ¿cómo disteis la buena nueva a pareja/futuros abuelos/primos/jefes?
Por FAX (Núria)
Lamentable lo sé. Y menos mal que todavía puedo decir fax y no telegrama… Acabo de ver un vídeo que me ha hecho llorar y he recordado la manera tan patética que tuve de comunicar la llegada de nuestra PRIMERA hija a su padre. No es que no se me ocurriera nada mejor. Lo que pasó es que no pude esperar hasta nuestro siguiente encuentro. Eso sí. El fax me lo curré un poquito. Garabatée una chica con una bolita con ojos en su barriga (claramente un bebé) y una cordón rizado tipo telefono año del catapún (claramente un cordón umbilical). ¡Pues no lo pilló! Y me llamó preguntándome que what do you mean, exactly. Cómo me hubiera gustado que fuera un momento memorable (y de paso grabarlo en vídeo y compartirlo con la humanidad). Pero no.
Saltando en la cama (María Jardón)
Si lo sé, soy muy cutre ni videos, ni lágrimas, ni sorpresas, ni suspenses… A las seis de la mañana me desperté con la certeza de que estaba embarazada. Llevaba días notando cosas diferentes pero no había querido decir nada. Esa noche ya no pude más, recuerdo perfectamente que soñé que estaba embarazada, como me hacía el test, como daba positivo… ese día tenia que venirme el periodo (soy como un reloj) y ni esperé a comprobarlo. Me fui al baño y me hice un test, a los pocos minutos ya estaba saltando en la cama y despertando a mi Paco con la noticia. Creo que es la única vez que no le ha importado en absoluto que le despertara.
“Ya lo sabía” (Let)
Como mi Paco se marcha muy prontito a trabajar aquella mañana el despertador me puso en pie a las 5.30 h. Recuerdo que era viernes porque la noche anterior había tenido sesión de cine con mi madre, mi hermana y mi mejor amiga y me había tomado una copa de vino y un Gin Tonic. Tal cual. Me metí en el baño, me hice el test y cuando vi dibujarse las dos rayitas en la prueba llamé a mi marido. Su respuesta “ya lo sabía”. Menos mal que me dio un abrazo y un beso… y que conocía las ganas que tenía él de ser padre porque cualquiera hubiera dicho lo contrario.
Con una foto (Lydia)
En mi primer embarazo justo tuve la primera eco el día de mi cumpleaños, así que aproveché las llamadas de felicitación para dar la noticia, vamos, nada espectacular. Pero para el segundo tiramos del refrán “una imagen vale más que mil palabras”. Sí, los más allegados lo sabían, futuros abuelos y futuros tíos, vamos ni diez personas. Y cuando cumplimos el tercer mes, publicamos en nuestro facebook personal y mandamos por whastapp la imagen que precede mi texto. Algunos solo veían lo mona que estaba la beba, y otros no decían nada directamente. En general lo pillaron bastante bien, pasamos una tarde divertida haciéndonos la foto (rodeados de cachorritos que teníamos de los perretes), y otra tarde con nervios cada vez que enviábamos la foto a un grupo de Whastapp.
Elemental, querido Watson (Merak)
Justamente eso fue lo que le faltó decirme a mi madre cuando, exultante, la llamé para decirle que estaba esperando a mi segunda “retoña”. Mi exultante “estoy embarazada” fue respondido con un lánguido “ya lo sé”, seguida de una elaborada deducción: “Hace un par de meses que no veo las pastillas anticonceptivas al lado de la tele de la cocina, donde las tienes siempre, así que deduje que ‘ibais’ a por otro y como anulaste la cita de jugar al pádel con papá…” ¡Soy hija de Sherlock Holmes!
Con un SMS (Pilar)
Mis hijas ya son bastante mayores (10 y 6 años) y cuando me quedé embarazada de ellas no usábamos smartphones. Recuerdo que una mañana temprano me levanté para ir a trabajar y me hice la prueba porque tenía un retraso en el periodo ¡y salió positivo! así que le hice una foto al test de embarazo (con mi mierdamóvil) y lo mandé por SMS a mis padres y a mi hermano. Yo usaba mucho los SMS por aquella época y eso de mandar fotos por mensaje era una modernez 😉
Los niños no saben guardar secretos (Ruth)
Así que aprovechamos que la mayor nunca ha sabido guardar un secreto para contárselo el día anterior. Y decirle, por supuesto, que no se lo podía decir a nadie, mucho menos a los abuelos, tíos, vecinos, etc. 24 horas después ya lo sabía toda la familia. Nada más llegar a casa de los abuelos, con su lengua trabada, fue diciendo bien orgullosa que iba a tener un hermanito, hermanita o dos, uno de cada.
Preparando la boda, me convertí en huevo kinder (Verónica Trimadre)
Ya teníamos una hija, pero decidimos que nos faltaba algo, así que se nos ocurrió casarnos. En realidad, creo que nos hacía falta una excusa para hacer un viaje inolvidable, sin remordimientos. Estuvimos barajando Islas Mauricio, un safari en Kenia, por eso de “una vez en la vida”. Y cuando estábamos organizando todo, no sé qué nos pasó por la cabeza para liarnos la manta a la ídem y cambiar el viaje de nuestro vida por… El caso es que recuerdo perfectamente ese día en la oficina. Estaba viendo vestidos de novia con mi amiga y ella se quedó prendada de uno ceñido a la cintura que según ella era perfecto para mí. Así que tuve que espetarle a bocajarro: “nena, olvídate de ése que voy a ir con huevo kinder”. No se me olvidará jamás su cara. Por supuesto, la luna de miel fue en un sitio menos exótico.
La culpa la tuvo un bocadillo de chorizo (Nat)
Con lo que nos costó el primer embarazo ni por asomo nos imaginábamos que el segundo llegase tan rápido. Era el primer cumpleaños de la mayor y en plena celebración con toda la familia en casa se me ocurrió comerme un montadito de chorizo, uno de mis preferidos. Lo que no sabía es que el chorizo sería el culpable de ponerme en el punto de mira de todos esta misma tarde cuando acabé vomitando en el baño. Y entonces ya empezó el cachondeito. Yo no me lo creía pero días más tarde cuando caí en la cuenta de que efectivamente tenía un retraso el test de embarazo nos confirmo la noticia. ¡Os lo dijimos!, nos decían todos. ¡El chorizo ya se había encargado de pregonar la noticia!
Imágenes: Pixabay, excepto salto en la cama que es de Nataliej.
Las madres son sherlock! La mía también lo sabía, había llegado a su casa la carta de la citación de la seguridad social jaja.
Nat que se enteraron los demás antes que tú! Me encantan estas historias!!
Yo creo que eso de anunciar el embarazo de una forma especial es más de la tele y las series americanas… yo, en los dos, simplemente salí del baño con el predictor en la mano y le dije a mi marido que sí que lo estaba y luego llamaditas por teléfono a la familia y sin grandes historias 😉