Juegos de cartas para pasar una tarde divertida en familia

Porque se llevan en cualquier sitio y a cualquier sitio. Porque son fáciles de entender, porque pueden jugar jugadores de distintas edades y porque nunca sabes cuando vas a necesitar echar una partida para entretener a grandes y a pequeños. Los juegos de cartas son una opción genial de entretenimiento en familia y estos son  juegos de cartas perfectos para pasar una tarde genial.

Los tradicionales juegos de cartas con la baraja española están muy bien, son muy socorridos y a veces son perfectos para pasar una tarde divertida e improvisada pero también pueden llegar a cansarnos si son nuestra única opción, por ejemplo para jugar en una reunión familiar.

Ranitas. Un juego de intercambiar cartas, unas las verás y otras no. Tiene una mecánica muy sencilla y a los más pequeños de la casa seguro que les encanta descubrir las cartas del montón, siempre que les cuadren los números. Precisamente, este juego diseñado por Haim Shafir, el creador de Speed Cups, es perfecto cuando empezamos a trabajar los números y las secuencias con los niños.

Uno. Un clásico entre los clásicos, un juego muy sencillo que es perfecto para desarrollar las capacidades cognitivas desde los niños a los ancianos. Además es un juego de memoria y estrategia en el que se tiene que sumar y restar con un poco de rapidez, si queremos ganar la partida.

Directores de cine. Está claro que es un juego para amantes del cine pero no solo, además el ganador será el que se monte la mejor película de toda la partida. Ideal a partir de los seis años, es un juego en el que la imaginación es fundamental, que no conoce límites de edad, que ayuda a fijar la memoria, a desarrollar la creatividad, el lenguaje expresivo, el pensamiento crítico y las habilidades sociales.

Cabanga. La idea es que te deshagas de todas las cartas que tengas en la mano pero no es algo sencillo porque tienes que evitar los puntos negativos al mismo tiempo. Es un juego perfecto para jugar en familia. Hay que tomar decisiones rápidamente, tiene una mecánica muy sencilla, es intergeneracional y muy rápido y fácil de explicar y entender.

Evolution. Está considerado como uno de los mejores juegos del mercado diseñado para aprender sobre ciencia y además es muy entretenido, tiene más de 130 cartas y cuenta distintos rasgos de más de 12.000 especies distintas para poder crear. Un juego de imaginación con cierta lógica, en el que aprender y disfrutar al mismo tiempo en cada partida.

Noninú. Si puedes leer la palabra azul pero está escrita en color amarillo… lo mismo es que pasa algo. Se trata de un divertido juego competitivo en el que hay que conseguir que las cartas desarrollen una secuencia que no coincidan entre sí. Es un juego que se basa en el test de Stroop, una de las pruebas psicológicas más famosas que estudia la relación entre la velocidad de procesamiento y las funciones ejecutivas. Con este juego puedes trabajar la discriminación visual y la velocidad para procesar la información.

Yo soy tu peli. Tiene más de 200 cartas en las que vas a encontrar bandas sonoras muy conocidas y personajes de películas míticas o no tan míticas. Es un juego divertido tanto para niños a partir de los 10-12 años como para adultos, para esas reuniones de amigos en las que a veces también apetece jugar y echar unas risas.

Alto Voltaje. Tienes que encontrar una de tus cartas que sea el resultado de la suma o la resta de las cartas que hay levantadas sobre la mesa. Es un juego muy rápido de jugar, es competitivo, es perfecto para practicar el cálculo mental y la memoria visual. 

Marvel Champions. Un juego de cartas que se desarrolla de modo más cooperativo y nos recuerda un poco los tradicionales juegos de rol. Hay que enfrentarse a los villanos y convertirse para eso en un superhéroe, hay que completar distintas acciones que vienen explicadas en las cartas que tiene cada personaje. Se trata de un juego apasionante, sobre todo para los amantes del MUC.

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Pilar Fonseca

Primero fui mujer, después periodista, luego esposa y ahora además de todo eso madre. Esto último me obligó a reorganizar todo lo anterior.
Me gusta escribir y comunicar.
Disfruto con un buen libro, una buena película, una buena serie, un buen viaje y una buena charla con amigos.
Podría alimentarme sólo de queso y chocolate acompañados de un buen vino, una que es mujer de gustos sencillos.

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