Lo importante que es enseñar a los niños hábitos de higiene y lo difícil que es a veces

Cuando empiezan a ser un poco más independientes, lo primero que aprenden o mejor dicho, lo primero que aprendemos nosotras como madres, es lo importante que es enseñar a los niños hábitos de higiene.

En el primer intento también nos damos cuenta de lo difícil que es a veces conseguir enseñarles sobre todo a crear el hábito, a que lo hagan de motu propio sin que tengamos que estar detrás de ellos recordándoselo continuamente.

Los primeros gestos, las primeras lecciones, lo más sencillo, empezamos por enseñarles a lavarse las manos antes de las comidas, a cepillarse los dientes después de las comidas y así, poco a poco vamos consiguiendo crear una rutina, que lo hagan ellos mismos de forma natural. No es fácil pero tampoco es imposible.

Es importante que le expliquemos que los hábitos de higiene le van a hacer sentirse más saludable, más fuerte, más cómodo y mejor consigo mismo. Clic para tuitear

Cuanto antes mejor

Porque durante los primeros años de vida, nuestros hijos van desarrollando su personalidad, van aprendiendo de una forma natural, adquieren nuevas capacidades y descubren nuevas habilidades. Este es el momento ideal para potenciar el desarrollo de la autonomía personal del niño y en ese desarrollo entra, por supuesto, su higiene personal.

Es verdad que el grado de madurez, la disposición de los padres y de los cuidadores para enseñarles, la socialización de su entorno, todo influye y todo ayuda a que el niño y la niña aprenda hábitos de higiene.

¿Por qué son importantes los hábitos de higiene en los niños?

Es importante que le hablemos al niño sobre la importancia de la higiene personal para prevenir la propagación de gérmenes y enfermedades (hemos tenido la vivencia de la COVID-19 y sabemos que es una realidad).

Es importante que le expliquemos que los hábitos de higiene le van a hacer sentirse más saludable, más fuerte, más cómodo y mejor consigo mismo.

Además, son importantes los hábitos de higiene para mejorar sus relaciones con sus amigos, con los demás niños e incluso con los adultos.

¿Por dónde empezar?

Los hábitos de higiene imprescindibles y más sencillos por los que podemos empezar serían:

1. Hay que lavarse los dientes después de las comidas, porque tener unos dientes sanos es algo muy importante para la salud.
2. Hay que lavarse las manos antes de las comidas con jabón pero también cuando salimos del baño o jugamos con los juguetes o volvemos del parque,… 
3. Hay que bañarse con cierta frecuencia y enseñarles que darse una ducha, además de importante para su higiene puede ser un momento divertido y relajante.
4. Hay que secarse bien después de la ducha para que no se desarrollen hongos o herpes en algunos pliegues de la piel y algunas zonas del cuerpo.
5. Hay que cortarse las uñas porque cuando están largas pueden albergar bacterias.
6. Hay que cuidarse el pelo, hay que peinarse o cepillarse el pelo todos los días y lavarlo adecuadamente. Estamos en la edad en la que los piojos nos pueden pillar por sorpresa.
7. Hay que cambiar cada día nuestra ropa interior y ponernos ropa limpia.
8. Hay que cuidar las heridas, los rasguños, los arañazos que se pueden hacer jugando y que son muy comunes en los niños pequeños.
9. Hay que sonarse bien la nariz utilizando un pañuelo cuando sea necesario.

Los primeros gestos, las primeras lecciones, empezamos por enseñarles a lavarse las manos antes de las comidas, a cepillarse los dientes después de las comidas y así, poco a poco vamos consiguiendo crear una rutina.. Clic para tuitear

¿Cómo enseñar unos hábitos de higiene sin perder la cabeza?

A ver, llegar a adquirir un hábito, el que sea, requiere un tiempo. Se trata de un proceso a veces lento, otras muy lento y otras lentísimo. Es gradual y necesita que haya un entorno tranquilo y relajado para que el niño o la niña se sientan motivados porque como se cierren en banda la cosa se complica mucho, muchísimo. Vamos a plantearnos seis pasos muy sencillos para poner en marcha unos hábitos de higiene en este caso:

1. – Es imprescindible que tengas claro las limitaciones de su edad, ten claro qué es lo que le pides, qué es lo que le vas a enseñar y sé constante.
2. – Siempre es bueno que sepan por qué hay que hacer algo, explícaselo tranquilamente y no les subestimes nunca sí son pequeños pero seguro que si se lo explicas “con sus palabras” lo va a entender y lo más importante, va a asumir la tarea con una actitud más positiva y eso es muy bueno.
3. – Sé su ejemplo, nuestros hijos no siempre nos escuchan pero siempre nos ven. Muéstrale cómo se hace y anímale a que lo repita contigo. Asegúrate de que entiende perfectamente las instrucciones que le das y ten muy en cuenta que el ejemplo es la mejor manera de enseñar, sobre todo a nuestros hijos e hijas.
4. – Sin dejar de supervisar como va haciendo las tareas, da un paso atrás y reduce tu ayuda poco a poco, de una forma sutil.
5. – Si es posible ponerlo en práctica juntos y destaca sus progresos diarios, es una forma de animarle y estimularle.
6. – Recuerda que las órdenes, las amenazas, los castigos o los gritos no funcionan, todo lo contrario. Quizás sea una de las pautas más complicadas de mantener porque a veces estarás cansada y con la cabeza en mil sitios pero es conveniente recordarla, siempre.

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